RENATURALIZAR LOS RÍOS
Renaturalizar los ríos puede salvar vidas. Destruir la vegetación, "limpiarlos", solo empeora el problema.
GESTIÓN DE RIESGOORDENAMIENTOHÁBITAT
1/14/20252 min read


Las recientes inundaciones en Bogotá son resultado de una compleja interacción de factores, pero uno destaca por encima de los demás: la histórica decisión de intervenir de forma drástica en los ciclos y espacios naturales del agua. Canalizar los ríos, urbanizar en zonas de humedal y ocupar las llanuras naturales de inundación han sido algunas de las decisiones del ordenamiento territorial que hoy pasan factura.
Cada vez es más frecuente que al llover con intensidad, los ríos se desbordan y las aguas invaden las zonas urbanas, causando daños millonarios y poniendo en riesgo la vida de miles de personas. Las inundaciones en los centros urbanos no son un fenómeno aislado, sino una consecuencia directa de un modelo de ocupación del territorio en el que se ha privilegiado el corto plazo sobre la sostenibilidad de largo aliento.
Fueron decisiones políticas las que dieron paso a desarrollos urbanísticos e inmobiliarios a costa de encajonar los ríos en cauces de concreto, limitando su capacidad para absorber el exceso de agua. Esto conlleva en muchos casos, a la pérdida de la protección que ofrece la vegetación ribereña y a la pérdida de biodiversidad.
De igual forma, a fin de ampliar las áreas urbanizables se drenaron y endurecieron extensas zonas de humedales, que en condiciones normales debieron actuar como esponjas. Para dar paso a la construcción, se ocuparon las llanuras aluviales que funcionan como filtros con capacidad para retener o aliviar los flujos de agua y la carga sólida que transportan los ríos durante las crecidas.
Así pues, comenzamos el siglo XXI con hábitats humanos cada vez más extendidos y vulnerables frente a los fenómenos naturales, por lo que resulta imprescindible redoblar los esfuerzos por incorporar a la gestión del riesgo de desastres y al ordenamiento territorial la comprensión del agua como ser vivo que necesita recuperar sus espacios y que actuemos en consecuencia.
En ese sentido, vale la pena aprovechar la coyuntura actual que tiene Colombia. Según datos del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio para el 2023 más de 80% de los municipios del país tienen la necesidad de revisar de fondo sus planes de ordenamiento territorial. Esta es una oportunidad para tomar decisiones respaldadas en la evidencia científica ambiental, social, económica y cultural para garantizar los derechos de las personas y la naturaleza.
La planeación de los territorios y la deliberación pública deben orientarse a aprender tanto de los errores como de las experiencias exitosas, la ciudadanía debe apropiarse de los espacios de decisión y exigir alternativas basadas en la naturaleza para prevenir o mitigar los riesgos de desastres y proponer modelos de ocupación territorial más sostenibles y adaptables a una realidad que no se debió ignorar: los ríos son entidades vivas y tienen derecho a inundar.
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